En otras ocasiones hemos tratado el papel de los sistemas de poliuretano no sólo como aislantes, sino también como estabilizadores. En nuestro artículo sobre rehabilitación de cubiertas metálicas, remarcábamos la importancia del papel estructural que adquiere el poliuretano en las rehabilitaciones de cubiertas que sufren un desgaste por el paso del tiempo.
Esta doble función aislante y estructural también se presenta en otros elementos constructivos de las edificaciones, como por ejemplo en los muros. Más concretamente, en el relleno de la cámara de aire.
Gracias a las características físico-químicas del poliuretano, este se puede inyectar mediante su forma líquida en la cámara de aire de muros ya construidos. La forma líquida se expande hasta conseguir espuma de poliuretano que pasa a ser un aislamiento óptimo rígido de celda cerrada, perfectamente compacto y adherido a las superficies limítrofes, en este caso las paredes interiores de las dos hojas del muro.
Aislar una edificación ya existente por el interior reduce su superficie útil y no es una solución para los puentes térmicos en caso de forjados y encuentros constructivos. Por el exterior, aunque se consigue más continuidad en forjados, la resolución de encuentros como fachada-cubierta son puntos sensibles en los que se crean discontinuidades no deseadas en el aislamiento térmico.
Sin embargo, al aislar una edificación mediante inyección de poliuretano en la cámara de aire, conseguimos que exista una uniformidad y continuidad, garantizando un óptimo aislamiento. Este material se adapta en toda su forma a la cámara de aire existente y, además, gracias a su forma expansiva inicial anula las infiltraciones que producen pérdida de confort interior.
Una vez que hemos conseguido evitar los puentes térmicos y las infiltraciones de aire no deseadas, garantizamos la estanqueidad del edificio y con ello una elevada calidad del aire interior y un confort adecuado. Estás últimas son características básicas de las construcciones sostenibles y saludables, como las Casas Pasivas.
El ahorro energético, reflejado en la factura de calefacción en invierno y la de refrigeración en verano, llega a ser del 90 %, y el costo de este sistema a base de poliuretano inyectado es más económico que otros sistemas de aislamiento térmico del mercado.
En el siguiente vídeo se recoge una comparación de adaptabilidad al entorno de distintos sistemas aislantes. Se puede observar que el sistema a base de poliuretano es el que cubre más superficie:
La adhesión del material a las caras de las hojas del muro no es sólo una ventaja de aislamiento térmico, también crea una unión estructural que actúa como refuerzo en caso de pérdida de acción mecánica de los elementos de unión entre ambas hojas.
En caso de obra nueva, también es conveniente apostar por el poliuretano como elemento de unión, dejando atrás las fijaciones como pernos o pasadores metálicos, ya que estos introducen puentes térmicos que se tendrían que solucionar con un aporte extra de aislamiento térmico.