La espuma rígida de poliuretano es una sustancia imputrescible, estable frente al moho y al detritus, inodora y es un producto químicamente neutro. Además es resistente a los materiales habitualmente utilizados en construcción e inerte bioquímicamente. También muestra gran resistencia a los disolventes usados en construcción, como los contenidos en pinturas, adhesivos, pastas bituminosas, conservantes de madera y masillas sellantes.
Es igualmente estable a gases de escape y atmósferas industriales agresivas y posee una buena estabilidad dimensional en un rango de temperaturas de -50ºC y +110ºC pudiendo en periodos breves llegar a 250ºC.
Estas características, unidas a las que le son propias como material aislante, le hacen un producto especialmente indicado en construcción debido a su estabilidad y larga durabilidad.
El aplicador deberá controlar que las condiciones ambientales se encuentren dentro del rango fijado por la ficha técnica del sistema de poliuretano escogido. Salvo indicación contraria, las condiciones de aplicación deberán ser las siguientes:
El poliuretano se adapta a los movimientos del soporte y tiene un comportamiento muy bueno frente a la fisuración. No se fisura debido a los esfuerzos mecánicos producidos por el movimiento de la estructura, por los esfuerzos térmicos relacionados con el clima y con la alternancia día-noche, ni por la retracción propia del material constituyente del mismo.
Durante la ejecución de la obra, si se desea realizar un control de la puesta en obra del poliuretano, es conveniente controlar la exposición a la radiación ultravioleta de los sistemas de poliuretano. La espuma rígida de poliuretano aplicada in situ por proyección tiene un excelente comportamiento frente a los agentes atmosféricos (agua, temperaturas extremas, viento...). Únicamente es atacada por una exposición prolongada a la radiación ultravioleta, contenida, por ejemplo, en la luz solar directa.
Este ataque consiste en la destrucción superficial del poliuretano, teniendo como resultado un aspecto polvoriento en la superficie de la espuma. Este ataque produce una disminución de espesor a un régimen de 1 o 2 milímetros anuales, dependiendo del efecto combinado de la lluvia y el viento, siendo el primer año de menor cuantía por la presencia de la piel externa de la espuma, una capa de alta densidad de poliuretano.
Para evitar esta acción hay que recubrir las aplicaciones exteriores mediante materiales específicos como protección contra la radiación ultravioleta, como puedan ser elastómeros de poliuretano, poliureas, pinturas, o cualquier otro revestimiento específico para exterior.