Para aplicar correctamente el poliuretano proyectado hay que tener en cuenta una serie de factores que van desde las condiciones atmosféricas y los ajustes de la maquinaria hasta los tipos y formas de las aplicaciones.
Las superficies deben estar limpias, secas y exentas de polvo y grasa para procurar una buena adherencia de la espuma de poliuretano al sustrato; si el sustrato es metálico además tienen que estar exentas de óxido y herrumbre. Para asegurar una buena adherencia sobre sustratos metálicos se recomienda la utilización de una imprimación adecuada. La temperatura mínima recomendada del sustrato durante la proyección es de 5ºC.
El espesor de capa es perfectamente controlable y se puede modificar variando la velocidad de aplicación y/o la cámara de mezcla de la pistola. Hay que tener en cuenta que el rendimiento de la espuma es mayor cuanto menor es el nº de capas aplicadas para el mismo espesor. No obstante, no es conveniente aplicar espesores muy grandes, por un lado para evitar la formación de bolsas y por otro lado para evitar problemas debidos a la elevada exotermia de la reacción.
La espuma rígida de poliuretano aplicada insitu por proyección tiene un excelente comportamiento frente a los agentes atmosféricos (agua, temperaturas extremas, viento, ...). Únicamente es atacada por una exposición prolongada a la radiación ultravioleta, contenida, por ejemplo, en la luz solar directa.
Este ataque consiste en la destrucción superficial del poliuretano, teniendo como resultado un aspecto polvoriento en la superficie de la espuma. Este ataque produce una disminución de espesor a un régimen de 1 o 2 milímetros anuales, dependiendo del efecto combinado de la lluvia y el viento, siendo el primer año de menor cuantía por la presencia de la piel externa de la espuma, una capa de alta densidad de poliuretano.
Para evitar esta acción hay que recubrir las aplicaciones exteriores mediante materiales específicos como protección contra la radiación ultravioleta, como puedan ser elastómeros de poliuretano, poliureas, pinturas, o cualquier otro revestimiento específico para exterior. Estas protecciones, al igual que cualquier otro material, deberán ser vigiladas para su conservación y mantenimiento. En caso de espumas parcialmente degradadas, hay que proceder a un saneado con cepillo de púas o agua a presión y posterior aplicación de nueva capa de espuma de poliuretano y la adecuada protección superficial.
En la espuma de poliuretano aplicada directamente sobre juntas de dilatación, se pueden producir grietas provocadas por el movimiento del sustrato por dilatación o contracción. Este efecto adquiere especial importancia en cubiertas o terrazas donde la aparición de grietas puede romper la impermeabilización. Es fácilmente evitable si en el momento de la aplicación se adoptan las precauciones debidas tratando la junta convenientemente.
Si bien es cierto que la espuma de poliuretano admite cierta deformación permanente, las tensiones generadas por efectos de dilatación-contracción sobre juntas muy anchas, de 2 a 4 cm, no pueden ser absorbidas por la espuma. La forma de que sean absorbidas estas tensiones es repartiéndolas, minimizando sus efectos, con la instalación de una membrana separadora elástica, por ejemplo de caucho sintético de un ancho de 30 cm, y aplicando encima el poliuretano.