El poliuretano es un material aislante que favorece el mantenimiento de una temperatura constante en las colmenas con hasta 10 veces más calidez que la madera. Esto determina la rentabilidad de las mismas, puesto que al no tener que ocuparse de su refrigeración con un aleteo constante, las abejas producen más cantidad de miel y también se reproducen más.
Al cubrir el interior de las colmenas existentes con una capa de espuma de poliuretano proyectado se logra un aislamiento térmico eficaz. Se evita así su sobrecalentamiento y la acción de las bajas temperaturas en la salud del enjambre. La contrapartida de la proyección de poliuretano para colmenas es que eleva el peso de las mismas, dificultando su manejo.
Resulta más práctico elaborarlas al completo con la inyección de poliuretano en moldes de madera o de metal. El resultado es una única pieza de poliuretano a la que se le añade una tapa de polietileno, así como asas y orificios de ventilación. Es decir, es un solo bloque del mismo material y no una suma de piezas ensambladas.
De este modo se consiguen colmenas mucho más ligeras que las de madera y, por tanto, más fáciles de transportar, algo clave en los colmenares nómadas. Además, así es posible dar mayor grosor a las paredes, por lo que serán todavía más resistentes y aislantes, con una muy baja conductividad térmica que permite retener muy bien el calor. Además, se pueden instalar separadores del mismo material para dividir el espacio de la colmena en sectores o separar familias.
La espuma de poliuretano de alta densidad ofrece un óptimo aislamiento al aislar del exterior durante todo el año, manteniendo la temperatura idónea de manera constante. Esto facilita que las abejas puedan producir hasta el 40% más de miel, al liberarse de la tarea de refrigerar la colmena.
Además, son fáciles de limpiar al no haber juntas ni huecos, así como de reparar y de cortar. También hay que tener en cuenta que el poliuretano es un material inocuo tanto para los animales como para los seres humanos. Es completamente inerte, por lo que no se descompone ni entra en reacción en presencia de ninguna sustancia. Tampoco sufre la acción de bacterias o de la humedad, y no es atacado por insectos ni animales. Por tanto, no afecta a la calidad, olor o sabor de la miel y del resto de productos apícolas.
En resumen, gracias a su alta densidad las colmenas de poliuretano tienen una gran resistencia y durabilidad, algo fundamental al encontrarse a la intemperie. Asimismo, protegen la salud de las abejas, porque al mantener una temperatura interior estable no se reduce la población durante el invierno. Además, el desarrollo y crecimiento de los enjambres comienza antes en primavera, es más rápido y, por tanto, resultan más productivos.