El aislamiento térmico de cubiertas es una inversión rentable que aumenta el confort, la eficiencia energética y previene daños en la edificación. Según el Código Técnico de Edificación (CTE) el aislamiento mínimo necesario para proteger una construcción de las oscilaciones térmicas dependerá de la zona climática en la que se localice, si bien el grado de impermeabilidad es único para toda la geografía española, como se detalla en el CTE DB-HE.
La disposición de la capa aislante variará en función de la clase de cubierta, algo que también determinará el tipo de material a aplicar.
Poseen menos del 5% de inclinación. El aislamiento térmico de las cubiertas planas así como su impermeabilización resultan esenciales para garantizar el bienestar en el interior de la edificación. Sus subtipos principales son, según dónde se coloque el aislamiento:
Además, según el acabado de su superficie pueden ser transitables o no, ajardinadas e inundadas. En función de su ventilación serán frías, calientes o ventiladas.
Al margen de su tipología, los elementos básicos de una cubierta plana son:
El poliestireno expandido hidrófobo (EPS-h) por el exterior es una buena alternativa en caso de cambios bruscos de temperatura. Evita la aparición de condensaciones entre la capa impermeabilizante y el soporte.
La espuma de poliuretano proyectada in situ resulta una opción de sencilla aplicación para cubiertas planas, que garantiza estanqueidad y no presenta juntas ni solapes.
El poliestireno extruido en forma de planchas es muy recomendable y fácil de instalar en azoteas, duradero y resistente al agua. Si se coloca sobre la impermeabilización la protegerá y mejorará su duración. Por su parte, el poliestireno expandido se utiliza con frecuencia como aislante en el sistema de aislamiento térmico por el exterior (SATE).
Por el interior se pueden aplicar placas de yeso laminado junto a lana mineral o con espuma de poliuretano, que además proporcionan aislamiento acústico, si bien suponen la pérdida de varios centímetros de altura. Otra opción por el interior es la plancha de poliestireno extruido para revestir con yeso in situ o la placa de yeso laminado.
Presentan más del 10% de inclinación. Según su número de vertientes, serán a un agua, a dos aguas, a cuatro aguas, con faldones, de pabellón o amansardada, aunque hay otras clasificaciones en función de su soporte estructural y del tipo de acabado.
Los elementos fundamentales de las cubiertas inclinadas, al margen de su clase, son:
Se pueden aislar por el exterior con poliestireno expandido (EPS) o con espuma de poliuretano. Es una aplicación rápida, que no reduce altura de la edificación y que no afecta a la vida en el interior, aunque precisa la colocación de andamiaje. Con menos frecuencia se proyecta poliuretano in situ y hasta corcho.
El aislamiento por el interior es más económico al no necesitar andamiaje. Se suele emplear poliestireno extruido (XPS) o espuma de poliuretano proyectada in situ. Resulta rápido de ejecutar y de secar, y no implica necesariamente levantar tejas. Como contrapartida, hay que prestar atención a los puentes térmicos, y asumir que se perderán algunos centímetros de altura. Además, presenta la incomodidad de tener que preparar el espacio interior para el trabajo de los instaladores.
El poliuretano es uno de los materiales más ventajosos en el aislamiento térmico de cubiertas por su elasticidad, uniformidad, resistencia a los rayos UV e impermeabilidad.