El transporte de mercancías por carretera supuso en 2019 el 95% del transporte a nivel nacional, según el Informe Anual del Observatorio de Transporte y la Logística de España (OTLE). Los productos de consumo y alimentación son transportados en vehículos de temperatura controlada de distinta tipología para llegar en un estado óptimo a su destino.
Un vehículo de temperatura controlada es aquel que permite transportar la mercancía (productos alimentarios, farmacéuticos, médicos o químicos) con las condiciones de temperatura, presión, humedad, etc. necesarias para su adecuada conservación.
Existen diferentes tipos de vehículos de temperatura controlada en función de las necesidades de conservación del producto a transportar. Así, encontramos:
Es un vehículo con paredes, puertas, suelo y techo aislantes para reducir el intercambio de calor entre el exterior y el interior.
Es un vehículo que, además de tener una caja aislante (isotermo), cuenta con una fuente de frío, que no sea un equipo mecánico o de absorción, para rebajar la temperatura interior y mantenerla. Se clasifican de la A a la D según su capacidad de enfriamiento.
Es un vehículo isotermo con un dispositivo de producción de frío que permite bajar la temperatura del interior y mantenerla. Se clasifican de la A a la F según su capacidad de enfriamiento.
Es un vehículo que tiene una caja aislante (isotermo) y un dispositivo de producción de calor para elevar y mantener la temperatura a, mínimo, 12°C durante 12 horas.
Las paredes, los suelos, los techos y las puertas de estos camiones contienen un material aislante que separa la temperatura interior de la del exterior. Al sellarse también la puerta, se crea un espacio prácticamente hermético que se mantiene a la temperatura deseada con un sistema de refrigeración. El poliuretano es un material muy empleado para conseguir la estabilidad térmica necesaria.
Para una correcta instalación del material aislante hay que calcular el espesor más adecuado. Para ello hay que tener en cuenta diversos factores como la temperatura interna ideal, el tipo de productos que se transportarán, cuántas veces se abrirán las puertas, cómo circulará el aire, el peso total de los productos, etc., así como la pérdida de calor y la densidad del material elegido.
Para aislar de forma óptima un camión frigorífico se puede optar por las planchas de poliuretano, que además están libres de gases CFC y HCFC. El aislante se adhiere con un adhesivo, normalmente de poliuretano, a unas planchas de plástico, conformando un panel sándwich con un núcleo de poliuretano. De este modo se evita que se estropee la carga. Son una excelente solución aislante para camiones por su alta resistencia a la compresión, su bajo coeficiente de conductividad térmica y su baja absorción de agua. Además, se ajustan a todo tipo de vehículos y su instalación es sencilla.
Otra opción es la inyección de poliuretano en un proceso en discontinuo, mediante el que se rellenan las planchas de plástico con el material aislante.
El poliuretano proyectado también se emplea para el aislamiento de camiones frigoríficos, para reparar la capa aislante o bien para agregar solidez a la estructura. Se puede elegir espuma de poliuretano de celda cerrada para mejorar la rigidez de la carrocería, protegiendo paredes, suelo, techos y la carga en los impactos, algo relevante si se transportan productos frágiles.
El vehículo de temperatura controlada debe contar siempre con un registro sanitario que indique qué productos puede transportar. En función de esto, rigen estas normas: